lunes, 31 de enero de 2011

-Decisiones . .

Estaba dormida. Él entró en su habitación y sin pensárselo dos veces se metió en la cama. Estaban demasiado cerca. La rodeó con el brazo y la dió un beso en la mejilla. Ella no sabía dónde mirar, que hacer... Se giró y le vió ahí, mirándola fijamente. Algo se movió dentro de ella. No sabe si fue él o ella, pero aquella mirada acabó en un beso. Él beso más ardiente que podáis imaginar. Sus manos se deslizaban suavemente por cada curva de su cuerpo. Separaron sus labios y se miraron. Ella sabía que eso no estaba bien. Pero decidió dejarse llevar, olvidarse de todo. Disfrutar del momento. Se volvieron a besar. Sus manos la acariciaban la cara con la misma delicadeza que a una muñeca de porcelana. Sin darse cuenta, había llegado la hora. Él tenía que irse. Se despidieron con un beso en los labios. No sabían que dos noches más tarde, todo volvería a repetirse, y que a continuación llegaría la despedida. El se bajaría del autobús corriendo, la secaría las lágrimas y le prometería que el tiempo pasaría rápido. No sabían que ella iba a sufrir al ver como él se olvidaba de todo con el paso del tiempo. No sabían nada..



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